El primer error que cometen todos es no prestar la debida atención a todos los detalles que se detallan en el contrato al momento de solicitar el préstamo.
No olvides que es importante leer todo lo que se firma en su totalidad. Esto también se aplica a los acuerdos de préstamo. Si acudes a una entidad decente, es poco probable que decidan engañarte, pero no es excluyente. Presta especial atención a multas, penalizaciones u otras exigencias listadas.
Se hace todo por tu propia voluntad, y siempre puedes rechazar las condiciones si no te convienen antes de firmar el contrato. En ese caso, busca otro lugar donde obtener un préstamo en mejores condiciones.
Otro error común es tomar un préstamo a nombre de alguien más que te lo pide. A menudo, cuando los bancos rechazan la solicitud de esa persona, piden ayuda a un amigo para tramitarlo. Esto puede generar problemas si no pueden devolverlo, ya que tú quedas legalmente obligado. Evita involucrarte en este tipo de ayuda, por más que te lo soliciten.
Excederse en el préstamo o malgastar el dinero es otro riesgo. Cuando los objetivos no son claros, el dinero desaparece y te quedas con deudas. Planifica bien tus gastos: destina el préstamo solo a lo previsto y respeta un presupuesto razonable para no terminar con saldos difíciles de afrontar.